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arte muisca

 

    Cerámica

Los grandes talleres de cerámica estaban en los territorios de Tocancipá, Gachancipá, Cogua, Guatavita, Guasca y Ráquira, cuyas arcillas les ofrecían una materia prima excelente.

Sus productos eran para uso doméstico, ofrendas a los dioses, o intercambio comercial.

Elaboraron su cerámica modelando directamente el barro, o por medio de rollos de arcilla en espiral.





En lugar de cántaros fabricaban jarras de cuello alto, se hallaron fruteras con un pequeño pie, ollas de múltiples asas, vasijas en forma de hombres, a las cuales les abrían un agujero, en el vientre o en la cabeza, para guardar en ellas los tunjos y esmeraldas. Son frecuentes figuras humanas sobre cuyo pecho había una insignia en "X".

Algunas piezas fueron adornadas con aplicaciones de pastillaje y con incisiones; cuando están pintadas, tienen fondos terracota y dibujos espirales predominantes en negro.

 

Textil

Las evidencias textiles muiscas, provienen de cuevas en los páramos y tal vez de santuarios; por las crónicas sabemos que las mantas eran preciadas, presentes como regalo en los festejos, las usaban coloradas en señal de luto y los cortesanos de Tunja muy ricas y decoradas. Las momias eran envueltas en finos tejidos de algodón.

Emplearon para tejer fibras vegetales como el algodón y el fique, el primero lo usaron principalmente para la fabricación de mantas y el segundo para cuerdas y mochilas.

En el proceso del hilado para la elaboración de la fibra, utilizaron husos cuyos volantes eran de piedra con los que produjeron hilos muy finos de excelente calidad. Manejando una compleja técnica producían telas de una sola pieza con innumerables entretejidos, muy resistentes.

Desarrollaron la tintorería, para darle color usaron colorantes y pigmentos naturales de origen vegetal y mineral obteniendo una gama variada de colores. Las pinturas eran motivos geométricos, al parecer de carácter simbólico.

En las mantas, introdujeron hilos de urdimbre tinturados generalmente de color marrón oscuro formando rayas angostas, que en algunos casos limitaban el espacio donde se pintaba la tela.

Hasta el momento no existe el hallazgo arqueológico de un telar muisca y no se conoce ninguna cita de cronista al respecto.

Los Muiscas fueron magníficos orfebres; fabricaban figurillas y objetos de adorno, como diademas, collares, narigueras, tiaras, pulseras, pectorales, mascaras y los famosos tunjos decorados con hilos de oro y, en general, figuras antropomorfas y zoomorfas planas.

Para los orfebres Muiscas, el arte tenía un doble significado: expresión estética y simbolismo religioso. Entre la orfebrería muisca sobresalen los tunjos, piezas con unas características definidas: pequeñas figuras humanas de una pieza, construidas en lámina delgada, en forma de placa triangular. Son estilizaciones hechas en la técnica de la cera fundida. En los cementerios y santuarios indígenas se han encontrado muestras de estas industrias, como patenas, instrumentos musicales, vasijas y como cosa sobresaliente los tunjos o ídolos de oro.

Dado que en el territorio muisca no existían yacimientos de oro, lo obtenían por transacción con las tribus vecinas. Cambiaban esmeraldas, mantas y algodón por oro. Aleaban el oro argentífero nativo en proporción variable con el cobre puro y obtenían así aleaciones de color bronceado, conocidas en Colombia con el nombre de tumbaga.

Estilos de orfebrería muisca

A partir del estudio de la iconografía y las técnicas de manufactura de las piezas de orfebrería de la Cordillera Oriental, se determinó la existencia de tres estilos diferentes, que parecen corresponder a diferentes áreas de influencia, diversos contextos de uso y posiblemente épocas distintas en el desarrollo de la industria metalúrgica.

Cultura Muisca Orfebrería

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